21/01/2008

Saw: The Philosophy of Fear (Capitulo I, II, III)


Capítulo 1: La Trampa del Rifle Despiadado

El silencio es el sonido más intenso que se oía en ese momento, los respiros de la víctima eran regulados y profundos. El piso tenía un extraño color carbonizo y una temperatura muy baja. Se podía percibir ese olor que siempre se siente en los estacionamientos subterráneos que hay en las multi-tiendas de las ciudades.
Resumiendo, hacía frío y estaba oscuro, como el de las películas de terror.
Un hombre de aproximadamente cincuenta años abrió los ojos acostado boca arriba después de un descanso profundo provocado por un sedante que no se sabía quién le había inyectado. El hombre sintió un peso extraño en el tórax y se llevó las manos al ombligo para saber qué tenía y sintió un tubo vertical duro y helado, era de metal.
Al sujeto le bajó unos escalofríos por la espalda y se levantó con cansancio lo más rápido que pudo hasta quedar sentado. Él bajó la mirada para ver qué le hacía peso en su pecho y sólo vio algo similar a un rifle que le apuntaba al mentón. —¿Qué mierda? —dijo en voz baja.
Ese rifle que él vio estaba fijado a su cuerpo con correas de cuero con un candado para asegurarlo. Un molesto sonido se hizo eco en la habitación, y un televisor alumbró hasta el último rincón del cubo oscuro en el que el hombre estaba aprisionado.
En la pantalla apareció la imagen de un muñeco que lo miraba fijamente, posteriormente le habló con una voz tenue y fría. —Hola Darrel, hoy serás parte de un juego. Seguramente sabes qué cuelga de tu cintura y cuello, pues con él matabas tigres para luego vender su piel y ganar dinero sucio, dinero manchado con sangre. Si te miras las muñecas encontrarás una argolla sujeta a tu piel, debes tirar de ellas hasta llegar al codo, donde encontrarás una llave incrustada en tu músculo, una llave abre el candado que está bajo tu nuca, y con el otro abres el de la cintura. Trata de hacer esto con en menos de un minuto, porque sino, ese rifle disparará y te volará los sesos. Vivir o morir Darry, tú elijes —terminadas estas palabras, el televisor se apagó y un cronómetro del artefacto se activó simultáneamente. —¿¡Qué es esto!? —gemía el hombre— ¡sácame de aquí! Darry miró sus muñecas y vio esa argolla de la que hablaba el muñeco del televisor, él sabía que todo era cronometrado, así que tenía que apurarse.
Con el dedo índice de la mano derecha tomó la argolla de la muñeca izquierda y comenzó a tirar. A medida que el hombre ejercía fuerza para alar la piel se iba cortando y su sangre se iba derramando. El hombre gritaba como animal, presionaba los dientes para resistir el dolor. El hombre soltó la argolla vencido por el dolor y la piel cayó por sobre su brazo y colgaba como balancín de un parque escurriendo sangre. El hombre se comenzó a poner nervioso y tomó de su lastimada piel y comenzó a tirar. Cuando logró llegar al codo localizó la llave y la tomó con rapidez. Ésta se le resbaló de los dedos y cayó al negro piso perdiéndose en la oscuridad. —No, mierda. El dolor se hacía enorme, Darry se acobardaba de mirar su propio brazo y ver lo lastimado que estaba. A ciegas, el hombre comenzó a buscar la llave, hasta encontrarla. Trató de hacerla encajar en el candado de la nuca, pero calzó, así que intentó nuevamente en el de la cintura, sus manos estaban tan inútiles por el dolor que el solo hecho de sujetar la llave se hacía difícil, cuando logró acertar al agujero del candado, el cronómetro cesó.
No pasó ni siquiera media idea cuando el gatillo de la escopeta se haló y lanzó una bala que le voló la cabeza a Darry. El cuerpo decapitado cayó por efecto gravitacional al piso echando sangre a montones. Darry murió en el intento de salvar su vida.
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Capítulo 2: "Detective Roa, quiero jugar un juego"

En esa misma noche, el detective de homicidios, Emill Roa, había tenido que jugar un juego. Para entonces él no sabía nada sobre la mente perturbada que estaba acechando buscando infieles para torturarlos y abrir, de una forma torcida y morbosa, sus ojos. Roa no es un detective demasiado viejo, sólo tiene treinta años, y aparenta tener menos, las mujeres que trabajan con él postulan que él es un Sex-Symbol, pero ese no es el caso. Roa tiene los ojos cafés, y a través del tiempo han visto demasiados cadáveres, muertos y encuentros con asesinos donde su vida se equilibraba sobre la cabeza de un alfiler, así que se han vuelto fríos como el hielo. Tiene el pelo negro y peinado hacia un lado, a él le gusta así, nuevamente las mujeres que trabajan con él quieren que pruebe con peinados que reflejen juventud, él hace caso omiso.
Está separado, tiene un hijo que se le fue quitado por su trabajo tan peligroso, o sea, esa persona que él crió durante cinco años ahora vive con su madre, él tiene diecisiete ahora; a Roa se le prohibió su visita por una serie de razones, lo importante es que él no sabe nada de su hijo ni de su “ex”. Él se despertó a mitad de la noche sudando frío porque había tenido una pesadilla en la que un hombre con una máscara de cerdo lo raptaba y luego lo mataba, eso fue muy extraño. —¿En qué momento me acosté? —se preguntó— No recuerdo ni siquiera cuando me dio sueño. Roa se levantó con rapidez y apoyó su espalda contra la pared de la cabecera de la cama, se llevó las manos al pelo rascándose la nuca con impaciencia. Se sintió inseguro de lo que estaba pasando, así que decidió abrir el cajón del velador para tomar su pistola, pero en lugar de ella había un explosivo cronometrado, éste iba en el minuto con quince segundos, y continuaba. —¿Qué mierda es esto?
El detective saltó de la cama para salir por la puerta, pero algo se lo impidió, su pie estaba encadenado a la pared, él tiró el pie con fuerza, pero se le hizo imposible sacarlo, “¡¿qué hago, qué hago?!” se preguntaba a cada momento. Buscó su celular, o el teléfono, pero éstos también faltaban. Se estiró por completo para alcanzar la puerta, pero era imposible, le faltaba casi un metro para llegar a ella. Roa tomó el explosivo, iba en el segundo cuarenta y cinco. El hombre comenzó a desesperarse, éste sería su fin, pero se le ocurrió una idea, dejó el explosivo en el piso y lo empujó hasta la esquina más alejada de la habitación y dejó su cama en posición vertical y se escondió atrás de ella para que, ya que no podía detener el cronómetro del explosivo, alivianar el impacto del estallido y así, si habría suerte, seguir vivo.
El hombre comenzó a rezar rápidamente con los ojos cerrados esperando el impacto, pero algo hizo abrir sus ojos nuevamente, y miró hacia el piso y vio brillar algo en él, tomó ese algo y se percató que era una llave, de inmediato trató de hacerla encajar en el grillete de la cadena y, como si la llave hubiese sido mandada por Dios, el grillete se abrió. Sin vacilar ni por medio segundo, corrió para alcanzar la puerta, la abrió y bajó las escaleras con rapidez, apenas sus pies habían tocado el cerámico del primer piso, el estallido hizo tiritar toda la casa.
Emill se quedó apoyado contra la pared respirando hondo. “Iré por un vaso de agua”, se dijo. Entró a la cocina y encendió la luz, tomó el vaso que se habría prometido y luego trató de buscar algo con que llamar a sus colegas de investigaciones, se dirigió al teléfono que tenía en el living. Encendió la luz y buscó la mesa en donde estaba el artefacto y, junto al teléfono, había una cinta que decía “atrápame”, decidió no tocarla porque después podría servir como evidencia. Tomó el teléfono y llamó. En media hora estaban todas las investigaciones de amanecida metidos en la casa de Roa buscando indicios de algo.
Un hombre se dirigió a la cocina buscando algo, lo que sea, dejó su radio sobre una mesa y siguió buscando, no vio nada raro, entonces apagó la luz y recordó que su radio estaba sobre una mesa, encontró innecesario encender la luz de nuevo, así que fue a buscar el radio con la luz apagada, y fue ahí cuando vio un mensaje escrito en la oscuridad con pintura fosforescente.
El oficial de inmediato llamó a todos para ver la evidencia. El mensaje decía: “Roa, escucha la grabación que está junto a tu teléfono”. Tras unos cuantos titubeos reprodujeron la cinta que Emill había encontrado: —Buenas noches, detective Roa. No es entretenida la vida de un psicópata cuando no se tiene a millones de detectives tras sus huellas, bueno, Roa, me presento, soy el que trató de asustarte con lo de la bomba, la llave no estaba muy escondida, sabía que saldrías de ahí, pero a veces las cosas no son tan simples. Te preguntarás qué es lo que quiero, pues, quiero jugar un juego. Estoy dispuesto a pasar años tras las rejas por los asesinatos que he cometido, con la condición que la persona que me atrape sea lo suficientemente inteligente como para comprender el juego y así ganarlo. Tú y tu equipo tienen una semana, si no me atrapan las consecuencias son graves, la muerte. Busca pistas, Roa, en tu casa hay miles, pero quiero ver si eres capaz de armar todo como un rompecabezas y llegar hasta mí. No te quedes atrás, el tiempo no se detiene.
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Capítulo 3: Comprende la filosofía del miedo

Los agentes se impacientaron un poco y se pusieron algo nerviosos. —¿Qué quería decir ese loco con “tienes una semana”? —preguntaba Roa. —¿Quién es él, mejor dicho, qué es lo que ha hecho, a quien a matado? —Preguntó el agente Cade— Y si ya ha matado, de seguro seguirá matando. En seguida regresaron dos hombres del equipo de Roa bajando las escaleras. —¿Encontraron algo? —preguntó Roa sin mirarlos. —Sí —se adelantó el agente que venía en la derecha—, una nota que alguien escribió al reverso del espejo de su baño. —¿Y qué dice? —“Tengo algo que es suyo” —respondió el otro con inseguridad. —¿Qué? llévame hasta allá.
Subieron las escaleras y se dirigieron al baño que no estaba muy lejos del cuarto estallado. El agente le señaló el espejo que estaba en el piso apoyado en la pared al reverso. En él, tal y como habían dicho los agentes, había un mensaje escrito a mano con letras rojas, “tengo algo que es suyo”. —¿Qué querrá decir? —interrumpió Cade.
Pues lo que dice textualmente, ese maldito tiene algo y no sé que es, si éste criminal fue capaz de idear un ataque con un explosivo y dejar mi habitación para la cagada, de seguro es capaz de quitarme algo de valor.
¿Su auto? ¿Su televisor plasma? Éstos están donde los dejó.
Entonces no busca dinero, éste es un psicópata, es un sádico, quiere hacer sufrir, éste hombre tiene algo de valor sentimental, y me hago un par de ideas de qué podrían ser.
Qué cosas.
No lo quiero decir aún.
—¿Conocerá a este tipo?
No lo sé, quizá si, quizá no, está loco.
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Los agentes se quedaron revisando huellas digitales, las cuales no había, todo estaba limpio, como un crimen perfecto. De repente llegó otro agente proveniente de la habitación de Emill.
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—Encontramos algo dentro de su closet, con suerte el fuego no destruyó la evidencia, mire. Roa nuevamente abandonó el baño y se dirigió a su cuarto que ya no parecía habitación, sino un cuartel después de una guerra mundial, con suerte no quedó nada encendido con fuego. Su cama era un montón de escombros, tu televisor era una caja negra completamente inútil, las ventanas habían volado y las paredes que alguna vez fueron blancas ahora eran grisáceas. El hombre le mostró el closet y en él había escrito una suma con la misma tinta y por la misma mano que el del espejo: “10+15+6+4+5+2+3+6”
—Cincuenta y uno —dijo Roa— eso da la suma… ¿Qué significará? —¿El número de víctimas? —dijo uno. —¿Su edad? —respondió otro. —¿Años que lleva con sus actos psicópatas? —propuso Cade. —¿La edad de su madre o de alguien importante para él? —postuló Molina. —No tengo idea —los detuvo Roa—, sólo fotografíenlo y memoricen el número, de seguro es muy importante. Roa bajó y se puso a investigar la cocina con las luces apagadas (ya habían visto demasiado con las luces encendidas), él pensaba que lo que el hombre había dicho en la cinta era cierto, en la casa había miles de pistas que sólo teníamos que encontrar y deducir.
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Éste psicópata no era como todos, él quería ser descubierto, eso igual era algo extraño, ¿qué asesino quiere ir a la cárcel? “Éste quiero algo más de mí”, pensó. Roa miró dentro del orno para ver si había algo, encendió su linterna y metió la cabeza dentro de la cocina y comenzó a pasar sus manos con guantes de hule blanco.
Y, al fondo, completamente escondido, había una pieza de un rompecabezas, de un lado tenía dibujado un corazón negro, y del otro lado tenía escrito “esto es lo que tengo”. Roa se quedó plasmado, éste psicópata era un maestro, el rey del ingenio. En ese momento comprendió que no estaban frente a cualquier tipo, sino que estaban frente a un hombre ingenioso, un hombre sádico y que posiblemente no era uno solo.
El agente se hizo para atrás y se quedó respirando hondo. Luego miró de bajo de una mesa que él tenía en una esquina de la cocina, y vio que tenía escrito otro mensaje con tinta fosforescente: “¿Tú comprendes…”. Era extraño que estuviera abierto el signo de interrogación, o sea, sin el signo invertido al final de la frase. —Aquí falta algo —susurró el agente. Roa sacó su linterna UV y enfocó justo después de la frase y se reveló otras palabras más: “La filosofía del miedo?”, juntando todo decía: “¿Tú comprendes La filosofía del miedo?” Era evidente, todo tenía un oscuro significado. —Este “juego” tengo tomármelo en serio —dijo Roa asustado— de verdad mi vida peligra.
Continuará...
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Saw la filosofía del miedo, una historia a manos de "BNK" y desde Saw Maniacos le vamos a dedicar un apartado a su historia para también así animarle a que continue.

7 comentarios:

  1. Huy, que genial que hayanpublicado mi fic, pero noto ue hay algo extraño, como que todos los puntos apartes son en realidad seguidos, se complica un poco la lectura, ¿Por qué no dejas el texto con margen a la izquierda como todos y no escrito central?

    Bueno, eso, que bien xD

    Salu2

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  2. Excelente Bnk! Muy bueno el fic, en estos días me he imaginado trampas pero la mente me falla. Me encanto la primera trampa, exquisita diría yo.

    Sigue así Bnk y gracias Saw-Maniacos por publicar esta excelente historia.

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  3. Muy Bueno, BNK te felicito!.

    pero te voy a hacer una `pergunta, ¿tiene algo que ver el primer capitulo con los otros 2?

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  4. vas muy bien encaminado bnk, sigue así y avisa cuando escrivas más, tengo en la cabeza alguna trampa ke otra, supongo q tu tmb, pero si te apetece escuxarlas alguna vez, te las diré encantado.sigue así

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  5. Bueno, la verdad, es que ese fic está completamente hecho y al administrador del block le pasé un link en donde sale entero y un adelanto del siguiente fic, sólo hay que esperar que se publiquen los otros 6 capítulos.

    Gracias por los comentarios.

    Salu2

    PS: En un par de capítulos más, o en el siguiente, ciertas escenas del fic tienen música que he seleccionado especialmente para la situación, las canciones están en el Youtube y el administrador (el cual olvidé el nombre) debe conocer su existencia, la música le da un toque especial xD.

    PS2: La primera trampa es un simple reyeno, planeo darle importancia en Saw II

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  6. SImplemente EXCELENTE!!!! pero publiquen el resto.... BNK pudieras ser el proximo James Wan o Leigh Whannell!!! pero tengo una duda, en otro lugar ya habias publicado el primer juego????

    Otra duda que me surgio viendo SAW III, Jigsaw marca a sus victimas con el rompecabezas, si mueren en la trampa o si los pone a prueba??? por favor contestenme esta gran duda!!!!

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  7. Hoy mismo he puesto los otros 3, y mañana pondre los que quedan para darle a mas emocion a la lectura :).

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